Sin duda alguna, la pandemia ha cambiado la manera cómo funciona la educación y tras cerca de 17 meses de virtualidad, los niños vuelven a las aulas en un entorno en el que los tapabocas y la distancia social son la nueva regla. Por eso es importante conocer los retos que nos presenta la reactivación académica para la salud mental de los menores.

Según el Ministerio de Educación Nacional, en Colombia el 87,4% de los niños que actualmente asisten a clases lo están haciendo en un modelo de alternancia que implica intercalar metodologías presenciales y virtuales. Para algunos esta es una buena noticia, pues el retorno a las aulas de clase incluye el elemento social que se perdió con la virtualidad generada por el cierre presencial de los colegios. No obstante, otras personas temen el impacto que esta nueva normalidad pueda tener en los estudiantes, especialmente en aquellos que cursan sus primeros años escolares.

Bety Díaz Subieta, representante campo de Psicología Educativa del Colegio Colombiano de Psicólogos y Coordinadora de Gestión del Conocimiento en Delta A Salud, recomienda que “los niños estén acompañados en el regreso a clase desde su casa, pero también debe existir un acompañamiento por parte de los colegios. Es normal que, tras un año largo de clases virtuales, los niños experimenten algo de ansiedad por separación de los padres o algunos temores, especialmente si antes de ir a la virtualidad existían factores como bullying, por lo que es importante estar atentos a cualquier cambio de comportamiento y dedicar tiempo para preguntarles cómo se están sintiendo.”

Otro factor a tener en cuenta es que la amenaza del virus sigue vigente y aunque entre los niños menores de 10 años se han registrado bajas tasas de contagio, es fundamental proteger a los docentes para cortar la cadena de transmisión. Desde el Ministerio de Educación Nacional, se ha realizado una invitación a los padres de familia para que se acerquen a las distintas instituciones educativas y así puedan informarse sobre los protocolos que manejan, con el fin de restablecer la confianza en la seguridad que sus hijos podrán experimentar en estos entornos de formación.

En un país como Colombia, donde el acceso a tecnologías de la información no está generalizado, una educación 100% virtual intensifica la brecha educacional existente entre áreas urbanas y rurales. Según cifras del DANE, solamente el 43,3% de la población tiene acceso a internet, sea este móvil o fijo, por esta razón, la presencialidad en la educación se ha vuelto una prioridad en el proceso de reactivación. “Si bien el regreso a clases es necesario, este se debe hacer garantizando la salud física y mental de estudiantes, familias, y docentes, a través de estrategias de prevención, promoción e implementación de acciones y metodologías educativas”, comenta Díaz Subieta.

Uno de los problemas que están enfrentando muchas entidades educativas, especialmente en las zonas rurales es la falta de infraestructura que permita un regreso seguro como disponibilidad de fontanería adecuada y en buen estado que admita un lavado de manos frecuente, así como espacios ventilados que permitan el aforo en las aulas. “Solo si las instituciones en realidad cumplen con lo mencionado, deberían implementar el modelo de alternancia o retorno total” (Díaz Subieta).

“Para que puedan cumplir con estos requerimientos, será necesario el acompañamiento por parte del Gobierno Nacional y de entidades que proporcionan los insumos físicos para mantener las medidas de bioseguridad y salud mental de toda la comunidad académica”, asegura, Bety Díaz Subieta.

Redacción: Ana Maria Zamora

Profesional en Marketing Digital